jueves, 2 de junio de 2022

Cine en exposiciones: Ágatha


Son fotogrames de “Ágatha”, uno de los largometrajes de Marguerite Duras. Puede, como otros seis o siete más suyos, verse proyectado en esa sala de la Virreina, una más de la exposición dedicada a la escritora y directora de cine (hasta el 2 de octubre).
En La Virreina han puesto tres o cuatro sillas a unos cuatro metros enfrente de la amplia pantalla, que ocupa casi toda la pared frontal de la sala, a la que se accede por una cortina a la izquierda y de la que se sale normalmente por otra a la derecha, si se sigue el flujo normal de la exposición.
No sé cómo habrán dispuesto las proyecciones que el Museo Reina Sofía efectúa estos días de los largometrajes de Gonzalo Garcia Pelayo. Quizás sea en una sala más parecida a una sala de proyección de cine que ésta de la Virreina o quizás no, no lo sé.
Tengo ideas contrapuestas sobre este tipo de cosas. Por un lado, tengo claro que puede ayudar a repescar títulos que se le hayan escapado a algún espectador. También reconozco que se ha mejorado mucho desde la costumbre previa habitual de poner algún monitor a lo largo del recorrido de una exposición y pasar en él una película, si hay suerte con sonido y todo. Además, en muchos casos -así ocurre en La Virreina- el espectador interesado puede ver la película de su elección, en el horario que señala la cartela, de forma gratuita.
Pero por otro me digo que la única forma adecuada de conseguir el que debe ser el propósito final (que el espectador vea, si lo desea, no un trozo que corresponda al momento de su paso por ahí, sino toda una película, es disponer realmente de una sala lo más parecida a una buena sala de proyección, y eso incluye buenas butacas, la oscuridad necesaria, que no haya tránsito de gente o al menos que, si lo hay, no disturbe demasiado la atención del espectador que quiera ver bien la película.
El mismo Valentín Roma, comisario de la exposición, se ha debido preguntar y él ha debido de preguntar a su vez a su equipo cómo hacer para que sean visibles esos títulos, y seguro que habrán decidido que el layout actual y sus características, dándole cien mil vueltas, era el mejor que podían ofrecer. Pero ahí siguen mis dudas. Yo mismo quizás habría tenido ganas de volver a ver alguno de esos títulos, pero -aunque no pude ir al ciclo previo de la Filmoteca- ni me planteé hacerlo ahí. Deben saber cuánta gente acude con esa finalidad exclusiva, y no creo que sean demasiados…
No sé, veo en este tema un gran dilema, incluso sin llegar a ser películas completas: ¿cómo combinar la imagen cinematográfica en una exposición con la de las fotografías, textos, cuadros y vitrinas con objetos variados habitual?
Me parece que no está del todo resuelto.





 

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