Una de las películas del Docs Barcelona que presente nada menos que a Bruno Ganz en uno de sus últimos papeles, haciendo precisamente de una persona mayor, que asciende dificultosamente a un alto de una árida región y se pone a tararear “Winterreiser”, no puede dejar de ser interesante.
Y así, muy interesante, con ese arranque tan atractivo, me ha resultado todo esta “Winter journey” (Anders Østergaad, 2019).
Para que se aprecien los malentendidos que puede llegar a ocasionar la adscripción al género de “documental”: Bruno Ganz interpreta al padre del realizador, obsesionado en desentrañar su pasado familiar. Sus relatos, arrancados con perseverancia por el hijo, dan pie a conocer una vez más la brutal historia sufrida por los judíos con la llegada del nazismo a Alemania. Varios actores representan en la película escenas, en blanco y negro, de la juventud del personaje. Y estas escenas se entrelazan con imágenes documentales sin problema.
En la casa del retiro del personaje, en Tucson, Arizona, nos enteramos de la increíble existencia de la Kulturbund, una organización judía amparada hasta 1941 por el gobierno nazi, para poder decir al mundo que respetaban la cultura judía y hasta ayudaban a la representación de óperas, obras de teatro y conciertos de música.
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