martes, 12 de mayo de 2020

Giri/Haji

Los dos hermanos, policía y yakuza respectivamente.
No sigo estas cosas, pero me parece que “Giri/Haji”(Joe Barton, 2019; en Netflix) no es, a estas alturas, una serie de culto entre los forofos del universo de la acción y, sin embargo, me da que tiene un montón de ingredientes para ello: dos hermanos japoneses que viven en Tokio, uno policía, otro en la Yakuza; acciones y ceremoniales bestias de éstos, una misión de uno en busca del otro en Londres, dónde hay otro tipo de bandas, líos familiares de los nipones y de los británicos en los dos entornos, para acabar todo con una sorprendente coreografía en un terrado londinense y hasta poco después aportando un jukebox, para que ofrezca la música final.

La guerra entre familias de la Yakuza estalla en Tokio y Londres.
Me lo he tomado con calma. Son ocho capítulos. De tanto en tanto, cuando no tenia la cabeza para otras cosas (pues el ánimo ha andado muy variable durante estos largos dos meses que llegamos con la vida en suspenso), me ponía delante, en el televisor, un capítulo. Confieso no haber estado muy atento, pero ahí está la delicia, que no es del todo necesario. Las ensaladas de tiros y demás las soporto hasta un cierto punto, y me pasa otro tanto con el mundo gangsteril ligado a pubs donde rueda la droga que da gusto, aunque sea tratado con la ligereza y hasta el humor (mezclado con sangre) con que surge por aquí.
El policía y su hija adolescente.
Pero a la que aparecía algún personaje agradecido, como esa policía de rabioso acento escocés que tiene una vida sentimental que es un auténtico desastre, ahí que me enganchaba.
La loca original de las afueras londinenses, estrella del SoHo, que se interfiere en todo.
Sobran, a mi gusto, bastantes cosas (los flashback en blanco y negro me parecen más bien horrorosos), pero también tiene escenas que me han parecido curiosas. Habrá que buscarle un sustituto si esto sigue así.

La profesora para policías y su alumno japonés.

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