Hoy, 10 de mayo, es el Día Internacional del Público. Como es también la fecha del nacimiento de Miquel Porter Moix que, entre otras muchas cosas, fue la persona a quien más se relaciona con los cine-clubs, La Federació Catalana de Cineclubs quiere que se considere como el “Dia del Cineclubisme Català”. Me ha parecido pues que era coherente plantear esta entrada 20 de este álbum, ideado por Julio Lamaña, sobre publicaciones significativas de cine-clubs a este libro a él dedicado.
Contenido:
Número 19 (del año 2000) de las monografías anuales (de hecho, compuestas cada una por un libro y un documental) del Cineclub de l’Associació d’Enginyers dedicadas a gente del mundo de la cultura de por aquí, y en esa ocasión a este singular personaje (librero, fundador de la Nova Cançó, hombre de teatro, profesor universitario, político, escritor, periodista y –fundamentalmente- hombre de cine). Consta de una larga entrevista (65 páginas) mantenida durante largas jornadas, a lo largo de varios meses, de diversos textos escritos especialmente por gente conocedora de sus diferentes facetas y de una recopilación de otros textos significativos sobre él, o suyos, escritos hasta el momento, completado todo ello con una bibliografía/filmografía y un álbum de fotos.
Historia personal de la pieza:
Cuando decimos el nombre de Miquel Porter Moix es habitual que mucha gente lo recuerde porque asistió a una de sus sesiones de cine-club, en cualquier pueblo de la geografía catalana. Pero para nosotros, entonces en el CCI (Cine-club Ingenieros, pero el de la Escuela, no el de la Asociación de Ingenieros), en los primeros años 70, Miquel Porter Moix era el hombre de CO.CI.CA., una especie de paraíso para el cine-clubista. No sólo porque allí se podía consultar, perfectamente clasificada, una completa bibliografía cinematográfica, esencial para la elaboración de los dossiers que se entregaban en las sesiones de cine-club o para perfilar una programación, sino porque también cedía auténticas joyas de películas, como el Potemkin, o muchas otras en S8. Siempre recordaré admirado la bellísima copia nueva, en excelente estado, que me pasó –en este caso para otro cine-club, el Lesseps-. Habiendo visto previamente copias infames, muy incompletas, de la película, la programé como cortometraje anterior al film que pasábamos. Fue el descubrimiento de un deslumbrante largometraje... y la prolongación inesperada de una sesión hasta bien pasada la medianoche.
Relación con los Cine-clubs:
Aparte de lo ya mencionado, me gustaría transcribir aquí cómo, en plan jocoso, clasificaba a los públicos que había ido encontrando por esos cine-clubs de dios, mostrándose claro precursor de los manuales de “cómo dirigir y llevar una reunión”: “Amb la mania pedagógica que sempre he tingut, jo classificava els públics. Aquell públic que no era de ciutat jo els classificava de conills de platja, de plana, de bosc i de muntanya. Les seves reaccions, sobretot en les seves expressions, era completament diferent. La gent de prop de costa era molt més extravertida, i podies explicar més coses amb el convenciment que rápidament t’ho captaría. En canvi, el conill de bosc podía saltar de darrera d’una mata amb una pregunta inesperada, i el conill de muntanya era encara de reaccions més complexes, extraordinàriament comprensiu, com els altres, però molt més tosc. Aquests costava més de fer-los parlar, els havies de provocar una mica.”
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