Pues resulta muy interesante “El árido verano” (“Dry summer”, Martin Erksan, 1964; en Mubi), según todas las indicaciones, la primera película turca ganadora de un premio (el León de Oro) en uno de los grandes festivales del mundo.
Narra, con gran ritmo, primero las trifulcas por el agua que corta el propietario de las tierras donde surge su manantial, dejando secas las cosechas del valle. Luego, o en realidad como tema de fondo constante, la presión sexual continua que ese mismo, un prenda que recuerda en varias ocasiones, por su físico y bigotes, a Georges Brassens, ejerce sobre la joven y bella mujer de su hermano.
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