De entre todo lo publicado por Les Inrockuptibles en su número dedicado a Godard con motivo de su muerte, yo me quedaría con esta fotografía.
Quizás la preferencia sea debida únicamente a la sensibilidad de su fotógrafo, Hedi Slimani, que igual preparó él mismo el set, sin intervención alguna de Godard o incluso modificando algo el set, para captar la imagen.
La sencillez de esta mesa tan rústica, hecha a partir de un par de tablones de madera, me remite al gusto por la estética y austeridad nórdica, con Strinberg (había una así en el pabellón de Suecia de la Expo de Sevilla, si bien es verdad que en una habitación totalmente vacía, ella sola frente a una ventana) o Dreyer por delante. Esos rotuladores bien ordenados sobre un cuaderno me hacen imaginar a Godard pensando alguna obra suya mediante la elaboración de un esquema. Debajo del cuaderno no apilado, con ese lápiz a punto para su servicio, veo un recorte de un periódico, con grandes titulares, como los que solía jugar y destacar en sus films. La acumulación de libros al alcance completaría el cuadro.
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