Sin atropellada catarata de frases iniciales para hacer salibar sobre lo que vendrá después. Sin reconstrucciones dramatizadas de esas que -como lo anterior- parecen hoy en día inevitables en todos los documentales que llegan a pasarse por la televisión.
Únicamente un tema analizado con detalle y profundidad por diversos expertos, que hacen sus declaraciones como toca de acuerdo con lo que están haciendo, recogidos por una cámara fija en primer plano o plano medio, un montaje de apariencia sencillo, que no busca la contradicción, sino la claridad, con esas tomas y con unas pocas de las de las (bellas) ediciones que se analizan.
Anoche efectuamos uno de esos complicados y casi siempre decepcionantes recorridos por las ofertas de plataformas para ver si encontrábamos algo atractivo, que los dos tuviéramos ganas de ver. Tuvimos que llegar a Arte TV para conseguirlo.
Vimos el primer episodio de “Jesús y el Islam” (Gerard Mordillat y Jérôme Prieur, 2015; enlace abajo). Concretamente “La crucifixión según el Corán”.
De su visión se deduce que, para los musulmanes (esto es, para el Corán), Jesucristo era un tío importante. Sentada esa base, la visión que el Corán trasmite sobre su crucifixión -una única frase- es analizada por diferentes investigadores coránicos occidentales y el programa llega entonces a un momento apasionante, que nos permite comprender lo difícil y comprometido que es el oficio de traductor.
El tema es de lo más peliagudo, hasta el punto de asentar en él diferencias de criterios brutales, que explicarían buena parte de los litigios hoy existentes por toda una parte del mundo. Algún spoiler: de resultas de las traducciones posibles se llega a discutir cosas como si los apóstoles fueron doce o trece, siendo el apóstol número 13 el que fue realmente crucificado (¿vendrá de ahí eso de número de la mala suerte?) o alguna herejía, que señala que no fue Jesús quien murió en la cruz, sino Simón de Cirene.
Hay seis capítulos más. No me los pierdo.
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