Gracias a Filmin he podido repescar “Tromperie” (Arnaud Desplechin, 2021), que dejé escapar en su breve periodo de estreno, y confirma, una vez más, mi debilidad por las películas del director de Roubaix.
Como no he leído la novela de Philip Roth que adapta, hablo, claro está, únicamente de su resultado como película. Baste decir que me he dejado llevar placenteramente, con intriga, emoción y sensaciones no vistas con el cine de los últimos años, por esas entrecortadas historias del escritor, Philip, sobre las mujeres de su vida.
Un solo ejemplo de la perfección, para mí, del cuidadoso trabajo y el resultado alcanzado: Como estoy buscando secuencias que marquen el sabio uso del color en el cine, baste con ver ese azul con el que están pintadas las paredes y marca el ambiente en las escenas que tienen lugar en el estudio londinense del escritor. Cuando, figura que pasado el tiempo, los personajes se vuelven a ver, ya es el naranja el color que predomina, pero aparece mínimamente el azul, marcando el exterior, lo pasado.
Y podría hablar también de algo en lo que no me suelo fijar y que me ha llamado la atención en esta ocasión: el buen uso de ciertas piezas musicales que se reparte por las escenas, redondeado la velada.
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