Saliendo de Saigón.
Regresando al mundo de su infancia y juventud.
Signos religiosos, de una comunidad católica, perdedora de la guerra, en su país de origen, envuelto en la niebla.
Tiene dos ambientes (recorridos ambos por una misma cámara en lento pero firme movimiento, sin apenas cortes, que de tanto en tanto se detiene haciendo que el espectador se sorprenda, tome aire, y respire hondo) la impresionante película vietnamita, ganadora de la Cámara de Oro en Cannes 2023, “Inside in the yellow cocoon shell” (Pham Thien An, 2023), que ayer se pasó en los Cinemes Girona dentro del Festival de Cine Asiático.
Uno es el atiborrado ambiente urbano de Saigón, con un terreno deportivo, una repleta terraza de merendero con un cubo por mesa donde un empleado va renovando el hielo que los clientes se van colocando en sus cervezas, un local de masajes, un saturado hospital, una boda, mercados callejeros vistos desde un coche,…
Otro es el correspondiente a un valle arrocero y otro boscoso valle vecino lleno de niebla, a donde va el joven protagonista en un viaje, en medio de los monzones, diríamos que algo así como en busca de su alma.
En el segundo ambiente también hay encuentros y aglomeraciones (un funeral y una misa católica, un colegio, un barbero, hasta un karaoke), pero predominan los sitios vacíos y todo es más reposado, da tiempo a circulaciones hacia la niebla o la nada de lo más penetrantes (en alguna de ellas llega hasta a desaparecer la banda sonora) y todo lleva a la reflexión, a un mundo de fantasmas (empezando por el viejo soldado y policía del sur durante la guerra) o a ensoñaciones.
Esa forma que tanto destaca en la película hace pensar en su joven y primerizo director, enfrentado a todo un señor largometraje de tres horas… con el único bagaje de su trabajo como cineasta de bodas y otras ceremonias, a las que hace una irónica referencia en el film, pequeño pero auténtico pedazo de cine dentro del cine.
Habrá que estar atento a este nuevo nombre en el hoy capitidisminuido mundo del cine, esperando que no se le suba el éxito a la cabeza estirando en el futuro más el brazo que la manga.
Habrá cinco o seis planos tan estudiados como éste en la película. La cámara se mueve hasta encuadrar lo que no puede sino dejar boquiabierto al espectador.
Algo así como el edificio por el que pasean Serena Vergano y Enrique Irazoqui en "Dante no es únicamente severo".
No hay comentarios:
Publicar un comentario