Pasa por Movistar estos días “Crónica de un amor efímero” (Emmanuel Mouret, 2022). Una miniatura toda ella cuidadosamente dibujada y tallada, que se ve durante todo su metraje con la sonrisa en la boca.
Se inicia y va pautándose con el ritmo que imprimió Serge Gainsbourg a su “La Javanaise”, para acabar con otro tipo de música. No es sino la comedia romántica de siempre, con los sucesivos encuentros entre la pareja encarnada por Sandrine Kiberlain y Vincent Macaigne, pero admiran los diálogos, situaciones y paseos que recuerdan tanto la chispa del mejor Woody Allen como los ambientes del añorado Éric Rohmer.
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