Finalmene no aparecieron como pensaba en “Red siniestra” e, inesperadamente, los dos leones de la insignia de la Compagnie des Wagons-Lits van y surgen en los vagones de una de las últimas escenas de “Un tigre en la red” (“Il tigre”, Dino Risi, 1967).
La película me provoca varios problemas de orden lógico. Si el Astoria era un cine de estreno, ¿como puedo mantener en el recuerdo el acceder con un grupo de amigos a su anfiteatro mientras suena la canción “Cuore Matto” (enlace abajo), que aparece ya bien entrada en metraje? ¿Habría alguna suerte de sesión continua?
Era ese el tipo de películas que gustaba en el grupo, o del tipo del que todos salíamos contentos, diciendo que nos había gustado, porque era lo que tocaba. Y visto en retrospectiva, mucho mejor si firmaba Dino Risi que otros, desde luego.
Alguna reflexión tras su visión actual, gracias a Filmin: Una sería ¡Cómo marcaba la época -1967- en los trajes juveniles “desenfadados”, los colores, la música, o hasta esa aparición de un Scalextric gigante, ave de temporada!
Pero la más importante, vista desde “la última vuelta del camino”: Vittorio Gassman vive la crisis de la media edad. Ese hombre ridículo a fuerza de viejo haciéndose el joven, figura que tiene -quién los pillara- 44 años. Y a esa edad ya está huyendo de lo que su confesor/asesor psicológico llama el “sensus finis”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario