Cuenta alguno de los que aparecen ofreciendo su visión por "Le scandale Clouzot" (Pierre-Henri Gibert, 2017, TV5Monde) que a los cinco años ya escribió una historia de crímenes. La muerte se conseguía dando a comer un panecillo en cuyo interior se habían colocado cuidadosamente chinchetas. Más tarde el mismo Henri-Georges Clouzot explica que fue a un psicoanalista para pedirle ayuda: padecía, por sus tormentos mentales -desarrolló, parece ser, una personalidad sado-masoquista- demasiado.
Presentado como un personaje límite -y todo hace pensar que así lo fue- el documental nos da a conocer la actuación del realizador en la Continental Films (la productora que los nazis montaron -y mantuvieron bien activa- en París durante la ocupación), su exigencia para que todo saliera como pensado (y con esos hallazgos de puesta en escena que son ensalzados) en "El salario del miedo", esa actuación entre la realidad y la ficción de su mujer Vera en el rodaje de "Las Diabólicas", su proceder atosigador hasta el agobio con sus actrices (que le salió rana con Brigitte Bardot en "La verité": la abofeteó' pero ella a su vez le respondió con otra bofetada y le arreó un pisotón, pasando entonces a ir todo como la seda entre los dos) y su paso de frenada en la película que acabó con él: "L'enfer".
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