De tanto ver que los canales televisivos se nutren generalmente de películas anglosajonas de más que escasa presencia, cuando se anuncia una película italiana -y sobre todo si, como en esta ocasión, es de Pupi Avati- esto es una fiesta, aunque sólo sea por aquello de festejar el gozo de la diversidad.
No es que "El corazón ausente" ("Il cuore altrove", 2003) sea una obra maestra, pero digo yo que por lo anterior, pero puede ser por lo que sea, uno sigue con atención en ella las peripecias de ese inexperto e iluso, hijo de un sastre que viste a los Papas, cayendo locamente enamorado de una bellísima, de rica familia y caprichosa ciega. Da gusto que Sundance Channel distribuya, para variar, una película italiana, este cuento, que es además de hace ya quince años. No es lo habitual. Es casi insólito.
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