lunes, 7 de mayo de 2018

La cámara de Claire

La arpía y su empleada.
Quizás porque era la última película del Festival D'A, anoche "La cámara de Claire" (Hong Sang-soo) se inició de sopetón, sin los anuncios y el corto de Carla Simón montaje de un rodaje familiar sobre su comunión que hemos visto hasta la saciedad toda esta larga semana. Me he sorprendido del encuadre del anuncio que cuando se han apagado las luces ha aparecido por la pantalla (una figura femenina trabajando en su oficina, en la grieta de luz entre dos paredes más en primer plano) , hasta que he visto que se trataba en realidad de la primera escena de la película. Justo un plano como el que se repite, con un significado bien diferente, al final del film, toda la historia transcurrida.
Conocemos la razón de tanta maldad invocando a la honestidad frente a la bahía de Cannes.
Como Àngel Quintana avisó por aquí que estando con un grupito en un café durante el pasado festival de Cannes pasó justo por ese sitio Hong Sang Soo filmando con una camarita a Isabelle Huppert, aprovechando la estancia de ambos en el Festival, creía que se trataría de una peliculita ligera, hecha aprisa y corriendo, sin apenas argumento. No es así. Es mucho más ligera que sus otras películas, pero consta de una estructura muy estudiada, alrededor de la honestidad lanzada como arma arrojadiza. Sí que es verdad que tiene escenas con unos diálogos resueltos, por decirlo finamente, de modo automático:
- Aseveración de A.
- Aseveración de A convertida en pregunta por B.
- Confirmación de A.
- Confirmación -como atesoramiento de una gran verdad- de B.
El calificativo extraño/a, asignado a todo, desde una persona hasta la pintura pompier de esta escalera, se repite constantemente, usado como máximo ahondamiento por debajo de la superficie.

Y también es verdad que alguna escena convierte a los personajes interpretados en tontos de tanta simplificación (la presentación inicial del de Isabelle Huppert como visitante ocasional de Cannes, dedicándose a hacer fotos a la gente convencida de que esa es la forma de que "pasen cosas"; ese paseo de I. Huppert y Kim-Min-hee -guapísima: ya me contaron quien es y la relación que tiene con la vida de Sang-soo-). Pero no deja de ser una película suya que, como todas, dibuja con su estructura un cuento de ida y vuelta. Con la ventaja que en esta ocasión, de tanta simplificación, la pude seguir de pe a pa y, contando con una actriz europea, sin apenas actores, no me pude equivocar con la identificación de ninguno de sus personajes.
Ella sonríe al ver que Claire (Isabelle Huppert) le acaba de hacer una foto.
Hasta entendí un flash-black y resultó ser realmente un flash-back.
El momento en que ella deja a un lado su educada pasividad y asienta un "hasta aquí hemos llegado".


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