Esto no es una nota sobre cine. Entre otras cosas porque no debiera escribirse una nota sobre una película de la que, después de muchos años, has vuelto a ver sólo su primera mitad. Porque anoche, en un momento en que vi que se había hecho muy tarde, paré la visión de "España otra vez¡ (Jaime Camino, 1969), que había aparecido la noche anterior por La 2. Tiempo habrá, me dije (o no), para reemprender su visión.
Recuerdo haber visto la película por primera vez en la sala del Cine Club Ingenieros de la Diagonal, por allá 1972, o 73. Se había estrenado en salas, y no dejaba de sorprender eso. El muy estructurado guión, elaborado por Romà Gubern en colaboración con su amigo Jaime Camino, hacía empezar la película nada menos que con unas nitidísimas imágenes documentales de milicianos y soldados republicanos, en su desbandada tras la derrota, cruzando los pasos fronterizos de Francia en los Pirineos. Otras imágenes documentales de la guerra civil -y no era habitual entonces su visión- iban surgiendo periódicamente, junto a otros destellos de flash-back de ficción, en la memoria del personaje que hace del real Alba Bessie, antiguo brigadista internacional (que luego se convirtió no en famoso cirujano, como en la ficción, sino en uno de los guionistas de la lista negra de McCarthy) en sus paseos por Barcelona, ha donde ha regresado para asistir a un congreso.
No es esto una nota de cine, porque es una nota sobre la memoria. A la dramática -y un poco romántica- memoria del protagonista le iba correspondiendo anoche la mucho menos dramática, mucho más de estar por casa, memoria de un servidor sobre la Barcelona de la época de rodaje.
Una vista aérea inicial nos hace descubrir, con el puerto aún haciendo de puerto, que se trataba de una ciudad mucho más homogénea: No se veía en ella aún ningún edificio "singular", ningún rascacielos. Más adelante, una enorme cantidad de recuerdos se fueron despertando, de los que anoté unos cuantos:
- La cafetería y terrazas del aeropuerto del Prat.
- Los grises y la guardia civil (ya me dirás si no se trata de recuerdos de lo más nostálgicos)
- El Ritz cuando era el Ritz, con una habitación y lavabo ciertamente austeros, pese a los mosaicos romanos.
- El paseo de Gracia, con una visión fugaz del Cine Fantasio y el Drugstore.
- Los autobuses verdes, los guardias urbanos encasquetados y los semáforos a rayas blancas y rojas.
- La Pedrera de Gaudí cuando sólo era un raro edificio arrugado.
- El carro de los barrenderos municipales, no de contrata.
- El sereno golpeando su vara.
- Los Hogares Mundet como residencia de ancianos.
- El Tiro al Pichón de Montjuic.
- Los coches aparcados en uno de los paseos centrales de la Gran Vía.
Hasta Luis Ciges hacia de cura preconciliar.
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