jueves, 2 de octubre de 2025

Cine Balmes


Balañà lo inauguró, haciéndolo aparecer entre las pre-ruinas del proyecto de auditorio que mantuvo el solar años y años sólo con su estructura de vigas oxidadas, cuando el negocio de las salas de cine ya estaba en franca caída.
Hoy el cine Balmes es probablemente el mejor cine de Barcelona, por su situación urbana y no periférica, su decisión de programar sólo versiones originales, la espaciosidad de sus espacios, impecable sonido y visibilidad de la pantalla completa desde cualquier butaca en todas sus salas, gracias a situar el público siempre en anfiteatro escalonado.
Tiene, para mi gusto, como mayores inconvenientes, que permita (las vende) comer palomitas durante las proyecciones, que la sesión no empiece a la hora anunciada, sino con una interminable serie de anuncios, y que suprimió las taquillas con empleados, en un intento de disminuir sus costos de funcionamiento.
Todo un edifico de estas características, sin taquilla pero sí con otros empleados, dadas las bajas audiencias de espectadores desde su inauguración, es casi un milagro, que convendría eliminar no mediante su cierre, sino mediante su rentabilidad, conseguida a base de que respondan sus espectadores.
En este sentido, sería magnífico que el aparente (¿hay cifras?) reciente cambio de tendencia en la asistencia a salas de cine se confirmara.
(La fotografía exterior del edificio no es mía. La he obtenido de la página web de la Guía del Ocio, que no nombra a su autor)




 

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