miércoles, 8 de octubre de 2025

Marin Karmitz en la ECIB


He tenido la suerte, propiciada por la Federació Catalana de Cineclubs y el productor Paco Poch -que lo han traido a Barcelona- de estar un par de días -hasta fatigarlo- al lado del veterano (anteayer, precisamente, cumplió 87 años: ¿donde puede hacerse una solicitud para llegar a esa edad con su espectacular condición mental y, por lo observado, también física?) realizador avanzado y combativo, productor, distribuidor y exhibidor Marin Karmitz, artifice de la potente MK2. Lo que he aprendido sobre él, sobre la producción, la política y la situación cinematográfica me dará para varias entradas sucesivas. Ayer ya hablé un poco de él debido a la entrega que le hicieron el martes en la Filmoteca del Premio Nunes Internacional. Ahora haré otro tanto sobre su intervención ayer por la mañana en la ECIB, Escola de Cinema de Barcelona.
A principios de este año había yo leido la biografía que sobre él acababa de escribir Antoine de Baecque, que se ha especializado en hacer (o participar en su elaboración) en una serie de libros muy bien documentados sobre cineastas de la generación de la Nouvelle Vague (Truffaut, Godard, Rohmer, Pialat) o la siguiente (Eustache y últimamente Karmitz). Pero la sesión del ECIB me sirvió de perfecto y muy completo resumen suyo.
Tras las presentaciones de Paco Poch (quien dirigiendo un master de producción de la UAB que se desarrolla en las instalaciones de la ECIB, se preocupó de subrayar a sus alumnos los aspectos biográficos de Karmitz que consideraba ejemplares) y Àlex Portolés (Presidente de la Federació Catalana de Cineclubs), fue Pere Alberó (Director Académico de la ECIB) quien se encargó de ir lanzando el anzuelo a Marin Karmitz para que éste explicara su biografía. Aquí van unos cuantos datos que tomé sobre unas declaraciones de una claridad meridiana, de un hombre que conocía perfectamente su tema (él mismo) y sabía exponerlo, consciente de su auditorio, llamando inteligentemente la atención sobre todos los aspectos que podrían resultar de interés para los alumnos de la ECIB y UAB presentes.
-Aprendió cine en el IDHEC, del que, a preguntas de Alberó ligados con una declaración de Godard, dijo haber necesitado muchos años para “desaprender”.
-Asistente de Yanik Bellon, Agnès Varda (en Cléo de 5 à 7) o Jean-Luc Godard a los 20 o 21 años.
-Inicio de su actividad, muy joven, como realizador, empeñado en hacer un film con y sobre alcóholicos, hasta que se dió cuenta de que no era lícito moralmente que mostrasen su propia destrucción. Luego he visto que su resultado final fue “Nuit noire, Calcutta” (1964), que me gustó al verla en una plataforma televisiva francesa, con guión de Marguerite Duras.
-Humillación profunda, de la que le costó salir seis meses, ante los abucheos a la presentación de un film del que se sentía muy orgulloso. (Y aquí hizo un aparte para los alumnos, señalándose lo bueno que es huir, lo más temprano posible, de esa idea de autoconsiderarse muy bueno y, como tal, intocable.
-Realizador de “Comédie” (1966) con Samuel Bekett, con el que explicó haber pasado toda una noche en La Closerie des Lilas bebiendo whisky irlandés para dar forma a la idea de film. Un film muy laborioso y extraño para la época, que recibió innumerables abucheos en el Festival de Venecia y provocó unas cuantas batallas, siendo años después considerado (aunque inicialmente se rodó en celuloide) el inicio del video-arte. (Y aquí lanzó una serie de consejos a los alumnos sobre la bondad de, pese a todo, mantenerse en sus trece afrontando un proyecto en el que se cree, algo que él ha practicado toda su vida)
-En 1968, antes del Mayo 68, emprende un film sobre la entrada en la sociedad de consumo.
-Previamente, muy joven, habia pertenecido a las Juventudes Comunistas, oponiéndose fuertemente a la guerra de Argelia, un acontecimiento capital en la evolución de la concienciación política de aquellos años. Despedido de las JC, dice haberse sentido inmensamente huérfano.
-Es cuando llega el Mayo 68 y, notoriamente con Claude Chabrol, se pone a seguir y participar activamente en los acontecimientos, centrados en el mundo del cine en los famosos Estados Generales del Cine, en los que pedían, entre otras cosas, su gratuidad.
-Pasado el mayo 68 se sucedieron actividades políticas de alto voltaje. En Nanterre hace su eclosión Cohn-Bendit. Él podría encuadrarse entonces, comentó con una cierta sonrisa que no sé si calificar de irónica o sarcástica, de las ideas y movimientos de los llamados ‘Mao-spontex’.
-Se entra en unos momentos (que, añado yo, tuvieron aquí también su eco, quizás un poco posteriormente) en que querían cambiar el mundo sin asumir el poder político. Son los momentos de la antisiquiatría (Basaglia), de buscar el cambio de modelo de las cárceles, defender la homosexualidad, el aborto, etc.
-Todos estos movimientos se autodisolvieron en 1973- Previamente, en 1970 él realiza “Camarades” (que ahora compruebo que también había visto, resultándome satisfactoria su contemplación), en la que ponía en cuestión el poder de los intelectuales sobre todos estos movimientos revolucionarios. Y en 1972 rueda para la agencia de prensa Liberation (antes de la creación del periódico) “Coup par coup”, sobre unas obreras del norte de Francia que, sin estar englobadas en sindicatos, ocuparon sus fábricas y efectuaron una serie de acciones de este estilo. Presentaron copias del film en 16mm y en un incipiente video por fábricas de toda Francia, generando un importante movimiento de contestación, hecho por el que fue inscrito en la lista negra de la industria y ya no le dejaron volver a realizar nada. Fue el momento en el que inició su actividad como productor.
-La censura ya no política, sino del mismo sistema económico, le impulsó a pasar a la exhibición, considerada ésta como lugar de contrainformación. Sus salas ofrecían libros y música, se establecían en barrios populares en los que instauraba, contra los consejos generales, sesiones en versión original subtitulada. El proceso de consolidación de este tipo de cines (que empezó por el instalado en la Bastilla, al que dio el nombre de 14 Juillet) duraba unos cuatro años, al cabo de los cuales la parroquia, ya absolutamente acostumbrada, hasta amaba las versiones originales y no queria oír hablar de volver al doblaje. Un proceso ese de aprendizaje a ver cine con subtítulos, por cierto, que, en contra de la creencia extendida, ha comprobado que es mejor hacer cuanto antes con niños bien pequeños.
-En 1977 descubrió y divulgó una pelicula hablada en un idioma que nadie entendía -el sardo-. Se trataba de “Padre padrone” de los hermanos Taviani, y a partir de su éxito surgió toda su historia como productor.
-Durante toda una época -continuó- se convirtió en “la poubelle” -el basurero- de los Campos Eliseos: a él llegaron todos los guiones rechazados por los demás productores. A ellos dirigió los beneficios logrados por “Padre Padrone”, surgiendo entonces películas como “Au revoir les enfants! (Louis Malle), “Sauve qui peut la vie” (Godard), “Mello” (Resnais) y “Poulet au vinagre” (Chabrol), convirtiéndose en auténtico resucitador para el cine de (muy buenos) realizadores en momento de baja actividad. Con Chabrol acordó pasarle un salario mensual en vez de negociar cada proyecto separadamente: Chabrol fue feliz.
A partir de aquí, lo que siguió ya fueron respuestas a diversas preguntas durante el periodo de “ruegos y preguntas”, que dieron lugar a que Marin Karmitz formulara sus concepciones sobre los oficios cinematograficos que ha ido ejerciendo.
Definió al buen productor como aquel que sabe dominar las limitaciones existentes para convertirlas en libertad de acción. Aquí enunció sus cuatro reglas de oro, que siempre planteaba como condiciones de colaboración a sus autores: una duración de la película que no llegara a las dos horas, un claro y transparente plan financiero, repartición de retribuciones en el equipo de forma equittiva y, por último, seguimiento del film en todo su proceso de fabricación, desde la escritura de su guión hasta su proyección en salas por todo el mundo.
He oído varias veces a Silvia Querini hablar del papel de un buen editor con respecto a sus escritores, y es muy curioso ver que sus palabras son intercambiables con las que utiliza Karmitz para hablar del comportamiento que ha de tener un productor respecto a sus directores.
Esto fue más o menos -¡qué más pedir!- lo que dio de sí la sesión, en la que también Karmitz vertió una serie de consideraciones morales y, con un par de ejemplos, dejó a Michael Haneke a la altura del betún
En resumen: que ésta sí que puede decirse con todo derecho que fue una “Clase Maestra”, y no todas esas “Masterclass” que por ahí circulan.

 

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