Confieso que nunca me había entusiasmado Elio Petri. Había visto con provecho varios de sus largometrajes, pero consideraba que el énfasis con el que narraba lo apartaba del cine, más sutil, que más me interesaba.
No obstante, como tengo la perspectiva de otro trabajillo respecto a “A cada uno lo suyo” (1967) la he vuelto a ver y me ha sorprendido -muy positivamente- un montón.
Además está, no sólo de fondo, Sicilia. Rodada básicamente en Cefalú, Palermo y sus alrededores, estos lugares y su ideosincracia se convierten no en un paisaje, sino en un protgonista evidente.





No hay comentarios:
Publicar un comentario