Es una gozada asistir a un estreno en el cine Aribau de siempre, la actual sala 5. Bajas por sus escaleras, donde está escondido el bar que ves a la salida, pisando moqueta roja y entras en lo que es hoy en día la sala más grande de cine de toda Barcelona, con su decoración moderna…años 60.
Lo para mi gusto mejor de la sesión se dio como preámbulo: se proyectó sobre la pantalla, ocupando toda su superficie, un par de actuaciones del pianista Marco Mezquida en un piano situado en la piscina municipal de saltos de Montjuïc, con Barcelona a sus pies, tocando dos piezas de Tete Montoliu. Lo agradecido del telón de fondo y la perfecta definición del blanco y negro y sonoridad de las piezas (la misma grabación se veía luego reproducida parcialmente, en un color algo desvaído, en la película) hicieron rodar magnifícamente el encuentro, que continuó con una mínima presentación de sus autores y la proyección de la película.
“Tete, tocar lo invisible” funciona muy bien, dentro de los estándares formales de un programa de estas características, siguiendo el recorrido de Tete Montoliu, como auténtico revival de personas, músicas y programas de televisión que han sido, pues casi todo su material procede de programas de televisión de todas la épocas, mayormente de por aquí, pero también alguno muy interesante de la televisión danesa, por ejemplo, que se completa con entrevistas con gente que tuvo mucha relación con él (músicos de aquí como Ignasi Terrassa -pero también el superviviente contrabajista Ron Carter-, cantantes como Serrat o Mayte Martín), historiadores que han analizado su recorrido y su familia. Casi todos ellos alaban su trayectoria, pero también dicen o dejan entrever lo difícil que debía ser soportar, en ciertas ocasiones, su carácter.


No hay comentarios:
Publicar un comentario