Mira que hace décadas y décadas que clamaba por una retrospectiva de Germaine Dulac en la Filmoteca. Pues resulta que ayer empezó un ciclo a ella dedicada y no surgió en mí el entusiasmo que esperaba.
La pieza fuerte de la sesión fue “La mort du soleil” (1922), de la que se pasó con interpretación al piano en directo una copia en 35mm con ciertos defectos que contiene algunos planos de una estética magnífica que llega a remitir a su “La coquille et le clergyman”, pero, parece que subvencionada por el Comité Norteamericano contra la Tuberculosis, sigue una tópica trama melodramática con estúpido final feliz que no hay quien pueda aguantar sin desespero, por mucha faz llena de seriedad haciendo ver que se la creen que aguanten sus actores.
Como siempre en la directora, una de las razones de su fuerte reconocimiento actual, el arrojo y fuerza de una mujer que, embutida de su espíritu altruista, ayuda a un sabio profesor en su lucha por encontrar un antídoto a una enfermedad, contra la opinión de su marido, que le dice que su lugar está en la familia. Hay en la trama una extraña mezcla de abnegación por su parte y de chantaje moral por parte del científico, que depende de ella para triunfar y dar a conocer a la Humanidad su remedio, pero si lo piensas bien, todo es de lo más risible: su empeño heroico es ir a hacer de su secretaria, escribiendo al dictado sus memorias.
Así las cosas, hasta he preferido el cortometraje que la acompañaba, lo que debe ser su última pieza, que firma con otros dos directores, “Le retour à la vie” (1936) que, no ocultando su carácter de propaganda oficial, animaba a no guardar el dinero, sino a hacerlo circular, para activar la economía, en horas bajas desde el crac del 29.
La imagen que he encontrado y cuelgo presenta a la chica que reflexiona y exhorta a su padre a comprar una vaca o unos bonos del gobierno, después de hacer ver el daño existente por estar las fábricas paradas faltas de recursos económicos, y otras delicias así. Una música triunfal final acoge la reactivación que se produce gracias a ese pequeño gesto. Está bien filmado.
A ver si nos podemos resarcir con lo que queda de ciclo.
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