Jonás Mekas, al inicio de la película, hablando de la teoría del efecto mariposa.
John Frith viajando con su guitarra en tren.
Ensayando música producida con semillas y diferentes objetos de la vida cotidiana.
Tengo amigos (más o menos, pero al menos mucho más que yo) musicales, a los que les habría ido como anillo al dedo “Step across the border” (Nicholas Humbert y Werner Penzel, 1990; ayer en la Filmoteca, dentro del ciclo “Per amor a les Arts”), al parecer una película de culto sobre el músico, guitarrista y percusionista del que yo estaba (ahora ya no) en la más absoluta ignorancia Fred Frith, que al parecer va a pasar dentro de poco por el Auditori.
El documental es un extracto de lo filmado y grabado (ensayos, actuaciones, conversaciones, reflexiones) por todo el mundo durante tres años a Fred Frith.
Pero el film me parece sumamente interesante no sólo por su música. Se inicia con unos planos que recuerdan a los de New Jersey del principio de “Los Soprano” y, pasada la presentación, se inicia con unas reflexiones de Jonás Mekas y (casi) se acaba con otra de Robert Frank. Teniendo en cuenta que por el medio Frith usa una frase de Cartier-Bresson, concederemos que con semejantes padrinos, la película, con look y grano de contrastado blanco y negro en 16mm, fotografía expresionista repleta de luces, reflejos y sombras, no puede ser nada despreciable.
Tiene además cosas que denotan una cierta autoría, independiente de la captación de la original música (y pensamientos) de Frith. Ahí está, por ejemplo, ese plano en el que se le ve a él pensando…seguido de un contraplano en el que un rebaño de ovejas miran intentando captar de qué va la cosa.
Musicalmente, al descubrimiento de Fred Frith debo sumar el de la checa Iva Bittová, quien inicialmente, con su música y humor a lo Carles Santos, había pensado que era una brasileña…actuando en Francia.
Decía que la secuencia de Robert Frank era casi la última porque la última es otra bien divertida, que te hace salir de la sala con el optimismo y alegría a tope: se ve en un andén de tren una pareja moviéndose rítmicamente, golpeando los pies en el suelo, como forma de entrar en calor. En la banda sonora una divertida melodía, casi marcha informal, cambia por completo, para bien, el significado.
A mis amigos (más o menos) musicales y otros a los que les va la cosa cinematográfica, les habría encantado, como a mí, ver “Step across the border”. La porra es que, según dicen, no es nada fácil de encontrar.
Iva Bittová.
El matrimonio con frío del final, intentando desentumecer y hacer entrar en calor sus pies y piernas.
Robert Frank, en el tren del principio, al final del film.
Esteve Riambau, a unos meses de abandonar la dirección de la Filmoteca, presentando ayer a Ferran Faixes, quien, a su vez, presentó la película, centrándose sobre todo en hablar de Frith y su tiempo.
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