Sabía de su existencia, pero no había podido ver “Forza Bastia” (Jacques Tati y Sophie Tatischef, 2002; en Filmin) hasta ahora.
Me lo he pasado muy bien con el ojo de Tati filmando la expectación de los habitantes de la capital corsa previa a la final de la Copa de la UEFA de 1978 entre el equipo local y el Eindhoven y luego, ya en el campo, primero el nerviosismo por si se iba a suspender el partido debido a la lluvia caída y haberse convertido el terreno de juego un auténtico campo de coles inundado, y luego la paulatina decepción porque no llegaba la goleada deseada.
Es quizás en todo ese principio con los prolegómenos donde se puede observar mejor la sabia mirada de Tati. Ahí están los planos recurrentes del cura y su sacristán subiéndose al tejado de la iglesia para quitar de la Cruz la bandera del equipo que unos forofos cuelgan una y otra vez. O esa niña, algo apartada, que no consigue hacer ir la carraca y la retira con vergüenza para que no capten su fracaso.
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