Pelin Esmer en Gruyere, en la excursión que nos ofreció el festival una vez acabadas las proyecciones de las películas en competición.
El tío de Pelin Esmer, el coleccionista, yendo en tranvía a su ruta diaria en busca de piezas para su colección.
En su piso, viendo la televisión.
Una escena de la posterior “De 10 a 11” (2009), que no he visto, pero que claramente procede de la misma fuente.
Lo vemos recorriendo incansable las tiendas y bazares de Estambul en busca de piezas para sus colecciones y es inevitable pensar en cómo tendrá de llena su casa. Cuando a mitad del documental penetramos finalmente en su piso, la realidad supera con creces todo lo imaginable. ¡Ríete del estudi de Joan Brossa! Las pilas de periódicos antiguos lo invaden todo, dejando mínimos espacios para lo esencial.
Conocí a Pelin Esmer en 2013, en el Festival de Friburgo, donde presentaba “Watchtower”, una ficción “narrada, ya desde su mismo título, en términos cinematográficos”, según explicábamos para justificar la mención de honor del Premio Quijote que le otorgamos y que, por cierto, está también -y la considero muy recomendable- en MUBI.
Pues bien: el primer mediometraje que adjudica Filmaffinity a Pelin Esmer es “The collector” (2002), que hoy ha incluido MUBI en su catálogo. En él sigue con una camarita a su tío, el coleccionista empedernido a que me refería al principio. Está rodada y montada de forma bastante rudimentaria (se nota, por ejemplo, cuando inserta la voz de su tío aprovechando que está de espaldas, seguramente desestimando las imágenes de cuando realmente dijo esas palabras, o bien sacándole luego un audio que creía necesario).
Pero, con el tiempo transcurrido, además de la simpatía que pueda recabar para el personaje, se valora especialmente de la película el valioso documento que supone hoy en día ese recorrido que se hace por el Estambul más dinámico y comercial, por una ciudad, como todas, pero ésta especialmente, en continuo cambio.
Hace un tiempo José Luis Márquez nos recomendó una película posterior (2009) de la misma Pelin Esmer, “De 10 a 11”, que veo es una ficción efectuada -y supongo que ya hecha con más medios- sobre el mismo personaje. Ventajas de tener tan a mano a un familiar tan curioso.
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