La comparación, que no admite dudas. |
Sé que ya estoy dando la tabarra con tanto Filmin, pero como sea que el viernes anunció que habían contratado los largometrajes de Andrei Zvyagintsev, y es de los realizadores actuales más solventes, pues no está de más. Me propuse ver, como mínimo, los dos o tres largometrajes suyos que no conozco y bueno era empezar por “El regreso” (2003), manteniendo la duda sobre si la había visto por completo o sólo alguna de sus escenas.
Por ejemplo este otro plano, tan deudor de la austeridad escandinava, seguro que debe tener otro precedente mimético claro. |
Seca, áspera, está rodada con tal elegancia y muestra una perfección que sorprende tratándose de una primera película. No sólo formalmente. Es increíble la penetración psicológica que consigue, sobre todo, en el personaje del niño más pequeño.
Mirada en perspectiva, es una película que veo gusta de las simetrías. Una evidente es la de las alturas, apuntada en la primera escena y que te hace estar en espera de confirmación desde entonces. Pero hay otra, no tan marcada, que me ha gustado mucho descubrir. Por su inicio, los niños entran a ver a su padre recién regresado de una larga ausencia y ¡plas! ¡Qué imagen les ofrece! Nada menos que el Jesucristo yacente de Mantegna. Eso le dio, para mí, un nuevo aire a toda la trama que viene después.
Aquí, ahora que veo esta otra imagen, se da otra simetría que quizás explique las razones del uso de la grúa, que anoche tanto me sorprendió, sin acabar de darle un completo sentido. |
(No debe ser únicamente impresión mía: anoche encontré el Mantegna, encontré la imagen del padre durmiendo, confirmé todas mis sospechas, pero no sabía poner las dos imágenes juntas. Me bajé y aprendí una aplicación para hacerlo, pero con tan mala traza que cortaba los brazos de uno y otro, dejando fuera de cuadro elementos que demostraban del todo que habían intentado imitar al límite esa imagen. Aún así estaba dispuesto a colgarla, cuando esta mañana, buscando otra imagen de conjunto para acompañar, he dado , procedente de una web extranjera, ekrandedekrifti.com, quizás del escrito de una tal Ana Sayfa, la primera imagen que cuelgo)