Salgo hoy del D'A Film Festival la mar de contento tras la breve (65 min) pero atinada "El futuro perfecto" (Nele Wohlatz, Argentina, 2016). Por lo divertida que es la película y por la habilidad de su creadora para pintar y trasmitir todo un estado de la cuestión.
La protagonista es Xiaobin (más tarde convertida en Beatriz o Sabrina), que comienza explicando las primeras palabras en español que ha aprendido a su llegada a Buenos Aires y empezar a trabajar: "Cosas, fiambrería". Lo explica a la que (aunque nunca se le ve) será su profesora en las clases de español a las que asiste junto a otros alumnos como ella.
En planos casi siempre medios, vamos siguiendo la (liviana) evolución de Xiaobin en su idioma, trabajo y vida en la ciudad, con el eje en sus clases de idioma. Ella habla con mucho esfuerzo, pero se da cuenta de las cosas (su mirada a los entristecidos ocupantes del metro) y demuestra tener una visión muy cuerda sobre su situación y opciones (su elaborado razonamiento -es verdad que en un chino imposible de transmitir- respondiendo al programador indio que le pide sorprendentemente casarse con él).
Por si faltara algo, tiene el film su dosis de meta-cine, con el actor que les explica a los alumnos trucos para simular llorar (en seguida, evidentemente, dan con ello), o con la incorporación como imágenes de escenas de cine familiar.
Pronto se ponen a estudiar en clase el condicional, "también llamado futuro hipotético". Hipótesis de futuro muy encauzadas, las de Xiaobin. Y las de muchos como ella.
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