Pierre Molinier, disparando a la cabeza de la estatuilla de la Virgen.
Ni Buñuel se habría atrevido a rodar esas imágenes. Se ve una figura de una virgen de terracota coloreada y de repente le estalla la cabeza en mil pedazos. Un disparo de bala de la pistola del pintor surrealista Pierre Molinier le ha alcanzado.
Salvo la escena mencionada (en la primera imagen, foto de su rodaje),el corto se adentra en el atiborrado ambiente del oscuro estudio del pintor, algo enfermizo, con sus cuadros repletos de cuerpos con velos, flores y medias de red negras.
Pero ese disparo inicial es toda una declaración de principios, bien bestia, surrealista.
Esta imagen corresponde a una película muy posterior sobre el mismo estudio.
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