Pedro Costa, escuchando la explicación inicial de Codesal.
Páginas del cuaderno analizado.
Me pude colar ayer en la primera parte de la sesión inicial del seminario sobre Pedro Costa de la Virreina, que lleva por título nada menos que “Para evitar el suicidio”.
Javier Codesal (comisario de la exposición, que sigue ahí hasta el día de Sant Jordi) y Pedro Costa iban a hablar en esta primera parte sobre un cuaderno (editado en Portugal) sobre “Casa de Lava”, que el primero situaba como sustrato nodal, que explica muchas cosas del cine del segundo.
Pedro Costa explicó primero sobre su gestación: Para obtener subvenciones, entonces y ahora, se debe presentar el clásico guión escrito. Así lo tuvo que hacer también para su segunda película, para la que se montó una producción bastante sólida (equipo de 50 personas, desplazadas a un lugar -la isla de Fogo, en Cabo Verde- sin la más mínima infraestructura cinematográfica), pero ya una vez en la isla, estuvo recopilando imágenes y sonidos, intentando reflejar las sensaciones que iba teniendo.
Eso y toda una colección de imágenes de referencias artísticas y cinematográficas, noticias recortadas de periódicos, etc., formaron el cuaderno en cuestión, con toda la pinta de trabajo de una escolar (¡qué trabajo más femenino! -exclamó el mismo Costa al verlo reproducir por pantalla), elaborado a base de collages y confrontaciones muy estudiados.
Costa (y los que hemos visto alguna que otra cosa similar) piensa que un cuaderno tan visual como ese sería mucho más adecuado que el guión tradicional para que los que deben juzgar un proyecto para otorgarle o no subvenciones, puedan hacerse una idea bastante aproximada de lo que podrá dar de sí la película de realizarse. Él, en todo caso, nos confesó que, a la hora de hacer la película, hizo mucho más caso a ese cuaderno que al guión previo entregado.
“Fue ese guión alternativo, que hice influido por el de Bertolucci Brecht para “Kuhle Wampe” -continuó- el que nos ayudó a perdernos, como se perdía la enfermera protagonista por la isla, intentando descifrar una tierra, dotar a todo de un sentido. Exactamente como yo”.
Tras esta introducción se pudieron ver por pantalla todas las páginas del cuaderno, mientras oíamos parte de las impresiones sonoras que captó por la isla, incluida la música de canción criolla que aparece en el film.
Y luego, Codesal, que se ha analizado el cuaderno (y toda la obra de Pedro Costa) al detalle, estuvo luchsndo con sus ficheros y venga a sacar relaciones entre uno y otra, empezando a nombrar lo que señaló aparecía constantemente por el seminario: entre otros, los fantasmas. Pero lo cierto es que, apreciando lo mucho que desvelaba sobre los temas del cineasta, me da la impresión que la gente se sintió algo frustrada de tener ahí a Pedro Costa, sí, pero únicamente verlo mirando la pantalla o, de tanto en tanto, asentir con la cabeza a una pregunta de Codesal. Pero bueno: hay sesiones hasta el viernes, con lo que los afortunados que pudieron inscribirse en el seminario tienen tiempo para resarcirse y recibir cientos de lecciones del mismo Pedro Costa.
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