Pues ahora sí he visto “Un blues para Teherán” (Javier Tolentino, 2020), aprovechando su pase por el Canal 33.
Habrá sido por pescarlo en sus momentos malos, sin sustancia, pero confesaré que previamente descartaba que su película me hubiera podido interesar.
Ya tenía otro punto a su favor: que te permite ver la vida de la capital iraní, sobre todo de sus vecinos más sofisticados y barrios más elegantes, alejando tópicos que puedas haber ido formándote en la cabeza.
Para cuando, por el final, ves una divertida escena familiar y, a continuación, cómo la función toma un divertido derrotero hacia la comedia romántica, ya estas rendido sin condiciones.
Deberé escuchar otro programa de Tolentino con mayor atención, a ver.
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