sábado, 9 de octubre de 2021

Tres hombres sobre una balsa


He escogido “Tres hombres sobre una balsa” (1954) para iniciar la visión del auténtico festival que nos propone Filmin, que hoy ha colgado en su catálogo un buen paquete de films soviéticos de todas las épocas.
La película está dirigida por Mikhail Kalatozov, el director de “Cuando pasan las cigüeñas” (1957), la que avisó a Occidente de que en la URSS se estaba produciendo un cierto deshielo.
Ésta es de tres años antes y parece meridianamente claro que no se habría rodado y hecho de esta manera si no fuera que el padrecito Stalin había ya muerto un año antes y, seguramente, Jrushchov había lanzado ya su demoledor informe contra él.
La trama argumental es mínima (tres amigos desde la infancia se reúnen ya habiendo triunfado cada uno en su especialidad para reproducir un viaje en balsa por un río), pero sirve para establecer una fábula sobre la amistad, la burocracia entorpecedora y cierta corrupción que anquilosa el poder.
A poco de empezar su metraje hay un paseo en coche por Moscú de los dos amigos en busca del tercero, en el que aparecen todos los rascacielos y edificios modernos de la ciudad, presentados como si de Nueva York se tratase. Sólo por esa escena, en mi opinión, ya merecería verse. Entre eso, la bondad de casi todos los personajes, el bienestar que se respira por todos los rincones y la feliz triple conclusión del film, se entenderá que, aunque deje entender la precariedad de la vida en la sociedad soviética del momento, aún se cree algo en el modelo.
Está hecha con unos colores pastel muy propios del cine ruso de esos años, entre los que destacan unos cuantos bien vivos (fruta, farola de la balsa, flores, el azul del cielo) que se deje ver de buena gana.
Además, aunque sea poseedora de un humor de lo más inocente, hasta me he reído en un par de escenas. Una el surrealista rescate del científico, puro cine cómico. Otra, con la frase que vierte la autoridad policial en su interrogatorio cuando el interrogado señala que decía una cosa metafóricamente:
¿Entiende que no se nos permite escribir el protocolo en sentido metafórico?
Inocente, festiva, dejando traslucir algunas críticas al sistema: una sesión provechosa.


 

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