sábado, 16 de octubre de 2021

A toca do lobo

Tomaz de Figueiredo y su hija pequeña (la madre de la realizadora), paseando cogidos de la mano.

Gracias a la contratación de una serie de films portugueses en Filmin podemos ahora conocer “A toca do lobo” (2015) y a una nueva realizadora de ese país que ya lleva haciendo cine desde finales del siglo pasado, Catarina Mourão.
Al menos en esta película practica esa estructura que ahora ya nos es bastante conocida: nos explica que ciertos elementos se le han aparecido de forma encadenada impulsándole a investigar su historia familiar. Construye y monta sus escenas de tal forma que nos da la impresión de ir avanzando en la investigación al mismo ritmo que ella. Básicamente interrogando a su madre, viendo fotografías familiares, documentos oficiales,… vamos sabiendo de líos de herencias, circunstancias personales de esas que se suelen cubrir con algún que otro velo, como era de metódica la temible PIDE y los usos y costumbres que regían en el Portugal de Salazar.
Todo eso la uniría a un paquete de films, más o menos poéticos, de recuperación de la memoria, pero es que además éste tiene de particular que el abuelo de la realizadora y pieza clave de la función es Tomaz de Figueiredo, un famoso escritor del país vecino, del que, de primera mano, salen así a la luz pública historias de esas que restaban bajo el manto del secreto.


El álbum de fotos familiar, elaborado por la madre.

La realizadora preguntando a su madre ante la cámara.

Un archivo de la PIDE sobre un familiar. En el film se explica que, cuando se hicieron públicos los archivos de la policía política de la dictadura, el expediente de este personaje, tío de la realizadora, constaba de 17 archivadores.

 

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