Hice varios numantinos esfuerzos para mantenerme despierto y ver si la película me llegaba a interesar, pero fue inútil.
Pues sí. Los Hillman fueron una pareja de detectives famosos del cine sueco de finales de los 50, con su ayudante metido ahí para hacer el payaso. Tras “La dama de negro” quise ver “La maniquí roja” (1958), que me parece es la que señalaba Peter Cowie como más interesante de esta época comercial de Arne Mattsson, aún lamentando su alejamiento de otro cine de más ambiciones.
Ésta no tiene a Sven Nykvist como director de fotografía, aquí en color. Pero son precisamente sus colores, para mi gusto, lo más destacado de la función, por lo demás, como se ha leído en cuanto a sus consecuencias, muy anodina, bastante aburrida.
Llama la atención de buenas a primeras el color rojo del vestido de esa modelo asesinada, después esos elementos rojos como puntos de atracción (las pantallas de unas lámparas, el poste de pintura para las uñas) en una paleta de colores pastel dentro de una escenografía y coreografía de la que la película es auténtico recital.
Pero, ya digo, no creo que pueda interesar por estas cosillas, si no se es un forofo de la escenografía sueca de mitad del siglo pasado.
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