La mujer rock del doc, así dijo ayer Paolo Pisanelli en la Filmoteca, en el Festival de Films de Dones, que llamaban a Cecilia Mangini, quien a sus noventa años seguía bien activa. Una documentalista que, junto a su marido -Lino del Fra- se dedicó a eso de dar voz a los que no tenían. Y un sitio al que fueron en los años 60, para hacer un documental sobre la defensa de sus habitantes contra los ataques americanos, fue a Vietnam.
El fortuito descubrimiento de una maleta o cajas con viejos negativos de fotografías. Bajo esta trama hemos podido ver últimamente varios documentales recuperando las imágenes y vidas de fotógrafos famosos (Capa, Centellas,...). “Due scatole dimenticate” (Cecilia Mangini y Paolo Pisanelli, 2020) se suma a esa ola, pues Cecilia Mangini dio en su casa con unas cajas olvidadas que guardaban todas las fotografías de su estancia en Vietnam para preparar el documental que no pudieron empezar a rodar.
Nada más empezar la película Mangini se gana a la audiencia explicando la anécdota de su vuelo, en años sesenta, por las enormes extensiones de una URSS -era el mes de diciembre- totalmente nevada:
-¿Qué río es ese? ¿El Volga?
-Camarada, no podemos decírselo, es secreto militar.
Luego empezamos a ver unas extraordinarias fotografías de la gente (sobre todo niños) de Hanoi, poco acostumbrada en la época a ser captada por una cámara.
Más tarde ya nos hemos acostumbrado a la calidad de las fotos, que alcanzan unas características más industriales y bélicas y lo que predomina es el ejercicio de memoria de la nonagenaria Cecilia Mangini, que nos comenta rodando por su casa que a través de las fotos se trasmiten recuerdos, sensaciones, emociones...
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