El detective con su secretaria y pareja en el tren que les lleva hacia el destino de sus vacaciones. Como se ve, alguien está un atento a su conversación.
Las dos amigas, en el molino.
“La dama de negro”. Hay pues una presencia fantasmagórica en esta comedia policiaca de Arne Mattsson de 1958 que está en Netflix. Con elementos ligeros, como corresponde a la estancia estival del detective y su mujer en el molino (un enorme y elegante caserón, de hecho) donde vive una amiga de esta última.
La fotografía es del gran Sven Nykvist, como demuestran unas cuantas escenas, entre las cuales la última, que recuerda un tanto al final de “El tercer hombre”, y sobre la que el protagonista nos lanza la inocente súplica de no desvelar a nuestras amistades quién es el asesino.
Cumplido.
Las dos parejas máximas protagonistas de la función.
No me había dado cuenta de lo curioso del cuadro colgado en la pared del molino.
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