Peter Brook y Jean-Claude Carrière en una fotografía de Nina Soufy que aparece en el Positif de junio.
Están surgiendo por muchos sitios homenajes a Jean-Claude Carrière, fallecido recientemente. Es ahora cuando caes en la cantidad de teclas que tocó.
De forma inmediata piensas en su colaboración con Luis Buñuel, materializada en los guiones de seis largometrajes realizados y algún otro que no prosperó, pero ya sólo como guionista, la lista de realizadores de primera categoría para los que trabajó, Buñuel al margen, es extensísima: Étaix, Malle, Forman, Ferreri, Berlanga, Schlondorff, Godard, Saura, Wajda, Garrel,…
Hay quien, contrario a su actividad, señala que produjo la estandarización de la obra de cineastas que hasta ese momento habían hecho una obra personal singular. Puede ser, pero no es ésta la opinión de estos últimos, que se deshacen en alabanzas sobre su ayuda y su creativo método de trabajo. En este sentido, es interesantísimo leer en el dossier del último número de “Positif” las declaraciones de gente como Volker Schlondorff, Peter Brook, Philippe Garrel o el mismo Rappeneau, que explican cosas realmente asombrosas.
Con Brook no se trataba de guiones de cine, sino de una colaboración profunda, ideando obras como el Mahabbarata, que surgió tras unos viajes de trabajo por la India. India es uno de sus temas más allá del cine, y le ha dedicado varios libros, como ha dedicado varios a su relación con Buñuel, pero lo que no sabía es que también hay libros suyos sobre temas científicos, como uno sobre Einstein y otro sobre la física cuántica (una conversación con un científico, desgraciadamente no publicado traducido por aquí).
En el dossier de Positif mencionado aparece una nota sobre el cortometraje que dirigió él solo, “La pince à ongles” (“El cortauñas”, 1969), que realizó con Michel Lonsdale de protagonista, durante su trabajo con Milos Forman para “Taking off”.
He visto que estaba por la red (ver enlace abajo) y me lo he pasado: no es en absoluto despreciable. Si se suele decir que un cortometraje debe limitarse a una única idea, pero sólida, éste podría ser puesto como ejemplo. Como suele suceder en bastantes ocasiones en los guiones de Carrière, la idea viene servida a partir de un mínimo, insignificante objeto, un cortaúñas. Son solo once minutos:
Un fotograma de “La pince à ongles”.
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