Se acabó el repaso exhaustivo al cine español en La 2, pero aún así de tanto en tanto se ofrece ahí la oportunidad de recuperar alguna cinta histórica. Ahora ha ocurrido con una de las más nombradas del Nuevo Cine Español, “El próximo otoño” (1967), de Antxon Eceiza.
Eceiza era marxista (como todos los que colaboraron con él en el guión: Víctor Érice, José Luis Egea y Santiago San Miguel), y eso se había de reflejar de alguna forma en la historia del film, que es una historia protagonizada por dos clases sociales.
La hija de una familia del bando nacional, él con el típico bigotito, negocios inmobiliarios, proyectando urbanizaciones, trae este verano a veranear a Almuñécar, en una costa andaluza casi intocada, pero en donde empiezan a aparecer grandes edificios, actividades y urbanizaciones turísticas, a una amiga francesa, Monique (a la sazón interpretada, con un castellano perfecto al que solo añade tanto en tanto alguna expresión francesa, por Sonia Bruno)
Esta familia contrata durante el verano, para hacer de piloto de la barca o para lo que se tercie, a Juan (el mismo nombre que el de los protagonistas de los primeros films de Juan Antonio Bardém, siempre representando al intelectual concienciado o, como en este caso, a la clase obrera). Y Juan, que es desesperadamente pacato y paraillo, salido del seminario, asombrado con la deferencia con la que lo trata Monique, cae totalmente enamorado de ella.
Son, como puede suponerse, dos mundos, retratados por todo el equipo habitual de las producciones Querejeta: Así, por ejemplo, de los bailes raciales o modernos del recién inaugurado Dancing, Eceiza pasa por corte a los penosos trabajos, al mismo tiempo, de los pescadores en la playa.
En el pueblo, aún con cierta vida autóctona, con mayoría de pescadores, con la emigración hasta entonces como única alternativa, pero ya pasando poco a poco a desarrollar trabajos para el turismo, hasta los niños actúan como represores de la pareja.
Quería ver si todos estos aspectos quedaban resaltados en la revista Nuestro Cine, que siempre solía avalar películas con este tipo de intenciones, pero he visto que no tengo el número en que debieron hablar de ella. No creo que fuera el mismo Érice u otro del equipo del film el que escribiera la crítica, porque habría quedado feo.