Rota, al piano. |
‘Un angelo’. Así, como un ángel, lo define Lina Wertmuller, así parece que también le definía y hasta lo dibujaba Federico Fellini.
“Un amico magico: il maestro Nino Rota” (Mario Monicelli, escrita por la gran Suso Cecchi d’Amico, 1999, ayer en la Filmoteca, donde volverá a pasarse el 14 de febrero) son solo 55 minutos que, pese a los importantes nombres de los que la han hecho y aparecen, no tiene sino una realización de lo más funcional. Solo quieren acercarte la figura de Nino Rota, y eso lo consiguen.
Monicelli, conversando en un tresillo con Suso Cecchi d’Amigo y con el pianista Bruno Moretti, explica al inicio el objetivo de su empeño: dar a conocer a alguien que siempre ha sido muy celoso de su imagen, y no le gustaba salir en fotos ni nada parecido (y pasa entonces por la pantalla una filmación de él, tocando el piano...su cabeza ocultada por la pantalla de una lámpara.
Pero digo que sirve para acercarte el personaje: Niño prodigio, profesor, director de orquesta, virtuoso del piano, con la injusticia de ser conocido casi exclusivamente como el músico de Fellini (cuando, según dice Monicelli, cuando empezó a hacer la música de sus películas ya había hecho la de otras 60), compositor de obras musicales de todo tipo (y especialista en traspasar trozos de una a otra). Compositor de música de cine, en fin, “con el mérito de hacer pensar al director que es él el que hace la música”.
Al final del metraje, vuelve a reafirmarse, ahora ya no sé si por Muti: “hecho de la materia de la que están hechos los ángeles”. Y, añade una definición sobre toda su obra que, dice, está recorrida por una vena de nostalgia punzante.
otó explicando que no tiene dinero para su propio funeral. |
Y la insólita solución a la que llega. |
Podía haber puesto por aquí cantidad de escenas de películas a las que ha colaborado la música de Totó para hacerlas famosas. Pero como sea que aparece en el documental y me pareció desternillante, he escogido “Totó, ré di Roma”, del propio Monicelli. Sobre 1h 26min del enlace de abajo, Totó se despide en su lecho de muerte de su familia, cuando se da cuenta de que no tiene el dinero suficiente para pagar su funeral. Es entonces cuando toma una decisión y en la escena siguiente le vemos en su propio cortejo, con música de Rota: ha decidido ir por su propio pie. Le contesta a su familiar o que deberán decir cuando pregunten por esa extrañeza: “Por razones económicas”.
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