lunes, 3 de febrero de 2020

Karpo Godina en Xcèntric

Ayer, en el auditorio del CCCB.
Da la impresión Karpo Godina, el realizador esloveno que estuvo ayer en el Xcentric presentando sus cortometrajes, de reírse en sus films de todo lo que le rodeaba y querían imponerle. Como los que vimos eran de los años 60 y 70, la diana principal de sus dardos estaba en la sociedad, normas y mensajes comunistas. Pero él mismo revela la triste paradoja a la que se ha llegado en su lugar de origen: se burlaba de los mensajes de supuesta armonía entre los diferentes grupos étnicos (el retrato irónico sobre Vojvodina, Litany of Happy People, 1971), pero ahora ve que existía realmente un país, Yugoslavia, que funcionaba como tal y tan dramáticamente se ha pulverizado; Estaban en un régimen que limitaba sus libertades, pero ahora lo que lo ha substituido es la ultraderecha. Vamos, que no sabe si les arrienda la ganancia.
La chica de “Divjad” (“Juego”), paseándose por la ciudad mientras por la banda sonora suena una musiquilla de nivel de vida.
A la repetitiva “Pupilija Ferkeverk” (1970j, una vez asumido el hallazgo visual de esa chica columpiándose en una zona de Istria inundada, se le ven demasiado, a mí entender (como pasaba por ejemplo en “Els Porcs” de Padrós, rodado también por esa época), sus enormes ganas de provocar, traducidas en un inexperto y a mi entender fallido ejercicio de humor socarrón.


En esta entrevista (que me ha resultado de mayor interés que las películas mismas) habla, entre otras cosas, de esto:

Las obreras del pueblo que conviven en el mismo emplazamiento de los soldados de la guarnición, pero sin contacto alguno. “On the Art of Loving or Film with 14441 Frames”, (1972).

La pieza que, a mi juicio, resaltaba más, “Litany of Happy People” (1971), toda una sucesión de tableaux vivants sobre los diferentes pobladores de Vojvodina, todos “amándose los unos a los otros”.

Sus tres primeros cortos, en 8mm blanco y negro, rodados en el marco del cine-club de Lubjana que fundó, muestran una libertad formal enorme. El primero, sobre todo, rodado en exteriores, “Divjad” (1965), podría pasar por un ejercicio de cámara dinámica y montaje sobre una chica y una ciudad, pero sus formas libérrimas, su música de nivel de vida, seguramente estaban reñidos con lo que imponía el realismo socialista.
El episodio de * I Miss Sonia Henie” (1972) rodado por Karpo Godina, puestos a reírse, se ríe también, en plan parodia desatada, del “Johny cogió su fusil” de Dalton Trumbo.

Los de inicio de los años 70, ya en colores y rodados en 35mm, muestran la solvencia que convirtió a Godina en un reconocido director de fotografía. Siempre con mayores o menores originalidades y aciertos, para mí les sobra esa pesadísima plaga que azotó el cine comprometido de esos años, la abusiva repetición.

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