Siguiendo una costumbre habitual, distraigo el sopor inevitable tras la comida del domingo entreviendo algo grabado en la tele últimamente. Pero esta vez ha sido “Rif 1921, una historia olvidada” (Manuel Horrillo, 2008) y el interés de la historia relatada no me ha dejado ni dar una cabezada.
No es que sea una maravilla de realización (con todo lo que suele aportarse autoralmente en estos casos: trabajo gráfico consistente en manchar como de sangre los planos e imágenes históricas enseñados, atisbos de ficción entresacando un par de protagonistas de los de a pie de entre los grandes nombres de los hechos, set con Imanol Arias en plan metacine en los lugares históricos,…), pero tiene el acierto de viajar hacia atrás y hacia delante para dejar entender todo lo que se dilucidaba en la guerra del Rif y echa mano de conocedores de la historia local y global (Bernabé López, Ignacio Ramonet, Mª Rosa de Madariaga,…) que tienen intervenciones de interés, muy reveladoras.
Se me quedó grabado lo que me explicó mi padre sobre el suyo, mi abuelo, de cuando éste era un joven oficial de Intendencia, recién nombrado capitán, en el norte de África. Asimilé que fue, con sus tropas, de los pocos que se salvaron del desastre de Anual, porque, acostumbrados a hacer marchas, resistieron una de tres días y tres noches que otros no aguantaron. Pero hace unos años, con la ayuda de un primo que se dedica últimamente a rastrear huellas familiares por archivos, pude consultar en el Gobierno militar su expediente, que acababa (y eso era quizás lo que más me interesaba) con su condena y expulsión del ejército, acusado en la famosa “Causa General”. Pues bien: algo no cuadraba. El desastre de Anual fue en 1923 y a él le dieron una medalla militar estando en África, sí, pero en 1920, con lo que debió ser otra cosa.
Con enlace o no familiar, qué historia, esa de la guerra del Rif..!
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