lunes, 2 de noviembre de 2015

El río


Entre Pasolini i otros cineastas dialogando con Pasolini, esta tarde Jean Renoir, y nada menos que "El río" (1951). Es un salto muy grande. Es verdad que siempre se dijo que Pasolini le daba un nuevo aire, una nueva vida al neorealismo, y que gente como Luchino Visconti fueron herederos directos del cine de Renoir. Pero el propio Pasolini se encargó de dejar claro que su cine, e incluso sus primeros films, dejaban atrás el neorealismo (estaba formando parte de lo que vino en llamarse el cine moderno) y la propia "El río" estaba a su vez lejos de los films de Renoir de los años treinta, esos cercanos a la Unión Popular en los que llegó a mamar Visconti, con el que Pasolini, por otra parte, no mantuvo buenas relaciones, más allá incluso de las trifulcas relacionadas con María Callas.
Pero dejando en paz estériles clasificaciones y distinciones, qué placer volver a dar con una película como "El río", que maravilla por una cosa u otra en cada visión. En las últimas ocasiones me ha dado por confirmar la fuente que, indudablemente, supuso para "El sur" (Víctor Érice, 1983), con las similitudes enormes entre sus narradoras (en ambas su protagonista conduce con su voz en off, cuando ya hace tiempo que ha dejado de ser adolescente, la película). Puede ser, además, una buena fuente de debate.
Será un pase muy temprano. Casi sin dejar tiempo para hacer la siesta a los que pueden hacerla y la tienen por costumbre. Habrán de contentarse, en su caso, con la de una de las escenas más bellas que nos ha ofrecido el cine.

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