No es que José Luis Cuerda sea un cineasta que me entusiasme (si bien es verdad que me reí bastante con “Amanece, que no es poco”), pero en mi librería de referencia vi en la contraportada la primera de las frases entresacadas (“Dulce amor de mi vida: Mándame más latas de atún”) y sopesé –nunca mejor dicho- comprarlo: era un volumen ligerísimo, muy apto para llevar contigo en un avión, y la mar de económico (¡7,50 euros!).
Una vez leído, esa es la frase de todo el libro que sigo destacando, pero se pueden recordar también unas cuantas más, como éstas:
- “Hay remedios para todo, pero no para asuntos concretos”.
- “El día del fin del mundo será un día inolvidable”.
- “La leche frita parece más una frase malsonante que un postre verosímil”.
- “El prestigio de la docena es más una cuestión de huevos que de apóstoles”.
- O ésta, una auténtica escena de película: “Noche de lluvia. Una joven sale de un portal con una maleta muy voluminosa. Duda si volver a entrar. Por fin decide marchar bajo el aguacero y llora.”
José Luis Cuerda - "Si amaestras una cabra, llevas mucho ganado".
(Martínez Roca, Planeta, 2013)
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