A la pregunta clásica, de a quién escogerías entre Méliès y Lumière, sin dudarlo ni un momento, contesto que prefiero mil veces a este último. Es más: Salvo los que cuelga por aquí José Luis Márquez, no veo nunca films de animación. Tampoco me dejo llevar por todas estas películas de imagen elaborada por ordenador. Donde esté una imagen “de la realidad”, que se aparten todas las demás, pienso.
Los cuadros de Méliès en concreto, y sé que sonará a herejía, me hacen gracia, pero nada más. Veo un poco a sus gesticulantes actores y figurantes, sonrío, repaso los motivos del telón del fondo, o del cartón piedra de un lado, vuelvo a sonreír y… algo aburrido, quiero pasar a otra cosa.
Dicho esto, también hay que hacer notar que la exposición de Caixaforum sobre “Georges Méliès. La màgia del cinema”, procedente de la Cinemateca francesa, está muy bien montada. Y es, en realidad, como dos exposiciones superpuestas. En una se habla de los antecedentes hasta llegar al kinematógrafo y el cinematógrafo de los Lumière, y en la segunda se expone con acierto mucho material (dibujos, pinturas, objetos, películas) del propio Georges Méliès.
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