martes, 19 de abril de 2022

Enron. The smartest guys In the room



También han colgado en Mubi, en un cierto viajecillo de la plataforma por el margen de lo cinematográfico, “Enron. The smartest guys In the room” (Alex Gibney, 2005).
Viéndola ahora, compruebas que han transcurrido ya más de veinte años de los hechos que intenta explicar, pero algo hace que no los veas como un asunto perdido en un lejano pasado.
En efecto: cuando explican el brutal crecimiento (hasta que reventó, haciendo daño a diestro y siniestra, salvo a unos pocos que se pusieron antes a buen recaudo) de la compañía, vas atando cabos y relacionándolo estrechamente con un asunto de la más rabiosa actualidad. Los desorbitados precios que actualmente alcanza la energía tienen un origen común con la aventura de Enron: unos precios dejados flotar según las “leyes del mercado”. Uno de los más hermosos documentos que muestra el documental es de un discurso de Ronald Reagan, justificando el éxito económico de unas cuantas empresas -y con ellas de su mandato- en que se habían dejado llevar por “la magia del mercado”.
Algún protector estomacal, sin embargo, hay que tener para tragarse sin traumas la película. Un par de puntos fuertes:
-La familia Bush, implicada al 100%, con lazos de “amistad” con los luego acusados.
-La constatación de que todas las grandes firmas del momento, que debían haber controlado ciertos desmanes que sin duda se produjeron, participaban de los regalos, de la gran y sabrosa tarta que era Enron.
Ahí, en esas grandes empresas que debieran haber controlado y lanzado señales de alarma que no dieron y su evolución posterior hasta llegar a nuestros días, habría un -seguramente imposible de hacer-gran documental.





 

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