lunes, 25 de abril de 2022

El gato blanco


Ahora que parece poder verse de todo por todos lados, la prueba de la ingente cantidad de cine que no hemos visto y del que no sabemos absolutamente nada puede ofrecérnosla el bastante amplio catálogo de cine sueco que incorporó hace poco Netflix.
Anoche escogí para ver “El gato blanco”, realizada en 1950 por Hasse Ekman, un prolífico director sueco de los años 40 a 60, que también se dio a conocer como actor, interpretando entre otros papeles uno del “Noche de circo” de Bergman.
No es que recomiende su visión, aun siendo, como para mí es, un buen ejemplo de un existencialismo que se expandió por Europa en la postguerra. No en balde la trama de la película no es otra que la enconada búsqueda de sí mismo que hace un hombre que llega una noche a la estación de tren de Estocolmo habiendo perdido por completo la memoria.
Pero esa forma de rodar la última vida nocturna, antes de su cierre, de la estación; esos neblinosos exteriores nocturnos siempre resueltos con algún contraste de luz; esos personajes captados en ligeros y pesadillescos contrapicados, recortados contra los techos de las habitaciones, hablan de un cine elaborado -quizás algo pesado-, que bien merece haber pasado a los anales del cine.
Pese a ello no encuentro ninguna de las publicaciones que tengo por casa -españolas o francesas- que diga ni media palabra no ya sobre el film: ni siquiera sobre su realizador.
La única oportunidad surge con un libro muy antiguo que tengo de la versión de 1966 del escrito por Peter Cowie sobre “El cine sueco” (Cine club Era, México, 1966). Cowie sí habla de Ekman, a quien sitúa como uno de los (seis) “maestros menores” del cine sueco, junto a gente como Gustaf Molander, Arne Mattsson o Peter Weiss, dedicando alguna frase a muchas de sus películas y una cierta extensión a la que destaca como su mejor trabajo, “La muchacha de los jacintos”, rodada exactamente el mismo año que la que nos ocupa. Pero por “La gata blanca” pasa como si no existiera. Está claro que no la había visto. Pasaban este tipo de cosas en las historias del cine.




 

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