Cineastes al seu lloc

Óscar Fernández Orengo en la sala donde se va a pasar el pequeño documental (sencillo, pero de gran interés) que se ha confeccionado para la exposición.

Óscar Fernández Orengo y Rosa Vergés, antes del acto.

Cuesta cada vez más encontrar buenas exposiciones en Barcelona. A partir de hoy, y hasta el 31/8, no tengo ningún problema para recomendar al menos una. Es “Cineastes al seu lloc”, que se inauguraba hoy en la Filmoteca. Nada más entrar en la sala te salen al encuentro dos fotos impresionantes, que no engañan sobre lo que uno va a encontrarse ahí dentro. Son dos fotos panorámicas, una encima de otra, retratos de Paulino Viota y Antoni Padrós. El primero, circunspecto, en una barcaza de esas que llevan de Santander a Pedreña. El segundo en el patio de sus amores (y de todos los que lo conocen) de su casa de Terrassa.

No son casos aislados. Los numerosos retratos panorámicos de cineastas españoles no les van a la zaga. Casi todos presentan al retratado ligeramente descentrado, en un ambiente que le corresponde (“en su sitio”), y jugando la imagen sabiamente entre espacios vacíos y llenos. Enfrente del panel formando un semicírculo en que están colgadas, otras fotos ya de formato cuadrado, con cineastas –españoles y extranjeros- que han pasado últimamente por la Filmoteca. Óscar Fernández Orengo, el fotógrafo de todas ellas, saludaba a uno y a otro, paseando radiante entre todas ellas. No es para menos.

Javier Maqua, entre libros.

Mireia Ros. Hay que ver el rostro que le ha sacado en directo, ante ese magnífico retrato.

Bajo una vitrina de las que habñla de las exposiciones anteriores de Fdez. Orengo, la fotografía que más le gusta a él mismo: Joaquín Jordá en su loft. Es, desde luego, Jordá. Y es -lo puedo decir después de las horas y horas pasadas ahí- su espacio. Con razón está orgulloso de la foto.

Se puede ir varias veces. La entrada es, además, libre.

José Sacristán, con sombrero de patriarca y delante del Cine Doré.

Cuelgo unas cuantas fotos hechas a distancia, de mala manera, para atraer a la gente, y que se vea obligada a verlas como dios manda, en la exposición.

Esteve Riambau, director de la Filmoteca, sumado a la pareja para las fotos.

Viota y Padrós.

Gonzalo García Pelayo y su dedicatoria.

Santiago de Benito, como en mil mundos vividos.

Marco Bellocchio

Ya bien colocados los tres.

La presentación "oficial" del acto. Al fondo, a la izquierda, José Luis Guerín contempla la escena. Su foto, sin dedicatoria, esperando alguna pausa de sus continuos viajes.

Y detalle de la larguísima dedicatoria de Agnes Varda.

Abbas Kiarostami.

Juan Barrero y una pared, con pintada.