viernes, 17 de marzo de 2023

49th parallel

Los seis alemanes, preparados para bajar a tierra después de que su submarino ha hundido un barco canadiense.

Los dos amigos canadienses -quebecois uno (Laurence Olivier), hablante inglés el otro- son sorprendidos en la Bahía de Hudson por los alemanes.

Huida delos alemanes inicialmente en avión.

¿Cómo se las ingeniaban Powell y Pressburger para hacer películas apasionantes de no importa qué tema?
No había visto “49th parallel” (“Los invasores”, Michael Powell, 1941) y a estas alturas tener al alcance una película desconocida de la pareja es un regalo de los dioses, con lo que me faltó tiempo para acudir ayer a la Filmoteca a verla.
La película formaría parte del cine británico efectuado durante la II Guerra Mundial, con todo lo que esto supone de instrumento pedagógico / propagandístico que ayudaba a la marcha de la contienda, pero aún con esa losa a cuestas, ya sabemos que ellos dos saben hacer films sorprendentes y extraordinarios, como “El espía negro” (1939), “Vida y muerte del Coronel Blimp” (1943) o “Un cuento de Canterbury” (1944).
Emeric Pressburger firmó un guión lleno de aventuras… ocasionadas por unos tripulantes de un submarino alemán que se quedan en tierra canadiense y han de huir hacia un Estados Unidos que aún no ha entrado en guerra. Ellos representan el modelo nazi en toda su aberración y, en su huida van encontrándose a diferentes contrincantes que sostienen de forma clara las razones de la democracia frente a la barbarie.
Me recordó, en su recorrido a través del Canadá, a “The Railroder”, de Buster Keaton, y los alemanes en sus uniformes y en buena parte comportamiento a los bomberos de “Farenheit 451”, de François Truffaut.
La película se convierte en una celebración de la variedad de etnias y tolerancia en la convivencia en el “Dominio” de Canadá y en un divertido manual sobre el nazismo y sus perversiones.
La vuelven a proyectar el sábado 25. Es un poco larga, porque tanto la democracia como el nazismo se han de explicar en su amplia variedad de formas e ideas, pero yo no me la perdería.

Llegada de los alemanes a una colonia muy solidaria y religiosa. Como son de origen alemán, los intentan arengar.

Los alemanes se ocultan entre la multitud que acude a la Fiesta del Indio de Winnipeg.

Un escritor (Leslie Howard) que vive una experiencia de aislamiento en las montañas da a leer un libro de Thomas Mann a su inesperado huésped, tras haberle enseñado los cuadros que se ha llevado consigo, todos ellos de pintura considerada decadente por los nazis (Picasso, Matisse).
 

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