jueves, 17 de septiembre de 2020

L’hippocampe ou ‘Cheval marin


Nada más iniciar su trabajo el proyector, se pueden observar unos cuantos, muy graciosos, caballitos de mar, que se mueven por el agua manteniéndose erguidos, de forma muy “pomposa”, según explica el narrador.
Los surrealistas e historiadores de cine siempre consideraron al documentalista científico Jean Painlevé como uno de los más destacados cineastas de su época, emparentándolo, por ejemplo, con un Jean Epstein.
En sesión de sobremesa me he puesto hoy a ver, para serenar los ánimos, su película más conocida, el cortometraje “L’hippocampe ou ‘Cheval marin” (1934), convertido en todo un clásico, por su papel de precursor de todos los documentales científicos que llegaron posteriormente.
Directamente sólo he visto en la orilla del mar algún pequeño y aislado caballito de mar ya muerto, como recogido en sí mismo, mostrando con prestancia su graciosa forma, tan característica. En el documental de Painlevé se ven un montón de ellos y te enteras de cosas tan curiosas como que es el macho el que tiene un papel preponderante en el nacimiento de los jóvenes de la especie, ya que es él el que hace de incubadora, comisionado casi al inicio del proceso por la hembra. En el film (de quince minutos) se ve lo que parece que es una eyaculación, mientras que es en realidad la expulsión que provoca de unos cuantos alevines cada tanto desde “la incubadora”.


 

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