Me he llevado una gran decepción al ver que quien había venido a presentar esta noche en la Filmoteca "Maurice Pialat, l'amour existe" (Anne-Marie Faux, Jean-Pierre Devillers, 2007) no era Sylvie Pialat, que era la anunciada. Pero la verdad es que en el coloquio la presencia del montador de varias de las películas de Pialat, Yann Dedet, ha servido para complementar muy bien las visiones cercanas sobre el carácter y forma de trabajar del realizador.
El documental no debiera perdérselo ningún amante de los films de Maurice Pialat. Va recogiendo declaraciones suyas o de otros que lo conocieron, pero con la habilidad (como bien ha señalado Esteve Riambau en el coloquio) de que estos últimos lo hagan en off, siempre a través de secuencias significativas de sus películas o de las de otros realizadores de su estima (Renoir, Ford, Lumière).
Una escena de baile de "Fort Apache" sorprende dando la clave del origen de un baile de "Van Gogh", pero en general las secuencias que van apareciendo sirven para dar a entender lo que tienen de autobiográfico casi todas sus películas. Pialat fue un niño solitario y difícil ("L'enfance nue"), criado en un entorno rural (el saber estar en el de los padres de "Nous ne vieillerons", por ejemplo), con vocación de pintor y con "Van Gogh" como idolatrado modelo. Tuvo relaciones tormentosas con su familia y con los colaboradores e intérpretes de sus películas (el documental aporta unas impagables grabaciones en este sentido del rodaje de "A nos amours").
"Siempre buscar la verdad con lo que filmo", "Crear malestar para filmar", etc. Él mismo o los otros que hablan sobre él en la película dan una serie de claves muy valiosas para entender cómo hacía sus películas. Claves completadas esta noche por Yann Dedet, una persona que se conoce bien el paño: basta con ver la lista de films en los que ha sido responsable de montaje. Además de varios de Pialat, de gente como Truffaut, Garrel, Claire Denis o Pascale Ferran.
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