Nos presenta diariamente álbumes de fotos evocadores de las mejores películas y gentes de cine de todos los tiempos, introducidos por una cita extractada atinada y laboriosamente. Los viernes no pueden ser lo mismo, desde que entré en FB, sin su entrada sobre una canción de Leonard Cohen. Los miércoles me hizo estimar hasta películas de animación, que no suelen ser santo de mi devoción. Tiene secciones sobre carteles o música de cine, siempre exquisitamente escogidos, plenamente documentado todo. Esta misma mañana sacaba y anotaba en una libreta que abrí para estos menesteres unas cuantas de las películas que nos sugería ir corriendo a ver, y que deba la impresión de que se completaría esta noche.
Pero esta noche no tendremos nueva entrada de José Luís Márquez, ni tan siquiera podemos ir a consultar alguno de sus impresionantes álbumes a su perfil: Facebook le ha vuelto a bloquear (y ya van...), en esta ocasión por una semana. Y esta vez sin mediar desnudos por delante.
Si en una galería, pongamos, expusiera graciosamente un Veermer, Hammershoi o Velázquez, lo que está claro es que el galerista les daría todas las facilidades del mundo para seguirlo haciendo. Pues bien: Parece que esto no es así en Facebook. J. L. Márquez es de los que prestigian este tinglado, pero no hacen más que ponerle palos en las ruedas.
Sería un motivo más que suficiente para entablar una protesta colectiva por estos muros, pero la cosa funciona como si se tratase de una fábrica del principio de la industrialización, los trabajadores sin defensa alguna de unos inexistentes sindicatos.
Aunque no tenga eco alguno, mi grito desde aquí dentro: ¡Dejen ya de perseguir a José Luis Márquez! Al final, para desgracia de todos, acabará dejando FB. Y esto sería otra cosa, mucho menos vivible.
Terrible, dejar de ver y oír sobre películas y gentes como las de las fotos que cuelgo, que proceden de selecciones suyas.
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