viernes, 22 de enero de 2016

Ozu y la casa japonesa



Marta Peris Eugenio, paseando nerviosa por el aula vacía, antes de empezar su defensa de tesis. En la pared, recibiendo a los asistentes, un fotograma de "Bakushu" (1951)

No había estado nunca en la defensa de una tesis ante un tribunal, y si todas son del nivel de ésta, me suscribo. Impresionaba ya sólo entrando en un aula de la Escuela de Arquitectura medio a oscuras, mientras el tribunal discutía (no deliberaba, porque eso lo iban a hacer al final, cuando me he marchado) en una habitación vecina. Sobre una pared se veía proyectado un fotograma en blanco y negro, con un perro a la orilla del mar, en una bahía, mientras la doctoranda (estoy muy satisfecho de poder utilizar la jerga de estos actos) se paseaba nerviosamente, recortando su silueta sobre la imagen.
Un fotograma de la película, durante el desayuno.
Ella era la arquitecta Marta Peris Eugenio, que ha hecho una presentación extraordinaria de su tesis, "La casa japonesa a través del cine de Yasujiro Ozu". Y la imagen proyectada en la pared correspondía a "El comienzo del verano" ("Bakushu", Yasujiro Ozu, 1951), de la que ha proyectado toda una escena, la del despertar y desayuno de la familia. Una escena extraordinaria que le ha permitido ahorrarse muchas explicaciones sobre las razones de escoger a Ozu para hablar de la casa japonesa. Como en todos sus films, pero quizás aquí de una forma más acusada, Ozu coloca su cámara a poca altura, de forma frontal, pero dejando ver diferentes planos (que llegan hasta el patio e incluso más allá de la valla del otro lado de la calle), dejando apreciar cómo los personajes van apareciendo y desapareciendo según la acción o incluso haciendo intuir cómo deben ser esos espacios en off que el cuadro y sus obstáculos no dejan ver.
La planta de la casa de la película, deducido laboriosa pero extraordinariamente por Marta Peris.
A continuación Marta ha invertido su propuesta, y ha explicado (¡y de qué forma!) el cine de Ozu a través de la casa japonesa. Luego ha presentado la planta de la casa de ese film, y los recorridos de los personajes en ella, haciendo notar la habilidad de Ozu para dejar claro el pausado del padre, el ajetreado de la madre, encargada de hacer el desayuno a todos, que van turnándose en la mesa.
La superposición de todos los planos confirman la planta, salvo unos escasos espacios marginales.
No ha acabado ahí. Ha hecho una incursión a una luminosa casa, toda trasparencias, de un arquitecto japonés contemporáneo, para el que la correspondencia entre exterior e interior es absoluta y, finalmente, y a mí lo que me ha dejado más boquiabierto, ha explicado cómo ha llegado a obtener la planta de la casa de la película, a partir de su visión plano a plano, el conocimiento de los objetivos utilizados por Ozu y visitas en Japón a casas de ese estilo que le han permitido confirmar sus hipótesis sobre las zonas -como los lavabos- ocultas.
Marta Peris, durante su presentación.
Para redondear la cosa, según testimonio de todos los miembros del tribunal, y envidia de quién esto escribe, el volumen de la presentación de la tesis es otra maravilla.
El tribunal: Cristina Jover Fontanals (admirada), José Manuel García Roig (defendiendo al cine como instrumento de enseñanza), Antonio Santos (estudioso de Ozu), Antoni de Moragas (que le ha encargado a Marta Peris una planta de la casa de Viena en "Johnny Guitar") y Jordi Ros Ballesteros (hablando de arquitectos japoneses y occidentales con concomitancias).
Sólo falta esperar lo reclamado por varios: A ver cuándo se edita...
Marta Peris y José Manuel Toral, pareja de arquitectos que forman su estudio.

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