Buscando comedias italianas del periodo 1931-1965 que no fueran hoy en día muy conocidas he dado en YouTube con “Addio, Giovenezza” (Ferdinando María Poggioli, 1940).
Se trata de una de las varias versiones cinematográficas de una obra muy popular, una especie de “La casa de la Troya” italiana.
Para mí un aliciente es que, sobre todo inicialmente, está rodada en localizaciones de Turín, con escenas en Baratti & Milano, la Galleria Subalpina, el Teatro Carignano, el funicular Sasso-Superga y otros sitios.
Se deja ver con agrado, por lo que se entiende su éxito popular, como evasión de lo que se tenía o se venía encima… El primer tercio se centra en “la alegre vida estudiantil”, mientras que luego ésta pasa a un segundo plano por un romance y los peligros que le acechan, dejando entonces sólo el punto gracioso al amigo hazmerreír, siempre presente, excepción hecha de una representación bufa de los estudiantes de final de carrera.
Pero lo que me ha dejado patidifuso es su final, para mí desconcertante, cuando ya todo parecía rodado hacia su más que previsible y estándar solución.
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